La naturopatía se define a sí misma como una materia sociosanitaria, cuyo objetivo es estimular la capacidad propia del cuerpo humano para conservar la salud. Es una disciplina holística, esto es, que entiende al ser humano como un conjunto en el que todo está relacionado entre sí y no como un grupo de órganos.
Según los naturópatas, el cuerpo humano tiende por naturaleza a la salud y él mismo es, por lo tanto, la mejor herramienta curativa que existe. La dolencia se produce, pues, por una alteración del orden natural, que el profesional naturópata debe colaborar a recuperar mediante recursos inocuos y naturales.
La naturopatía está emparentada con técnicas como la aromaterapia, el masaje terapéutico y, por supuesto, la fitoterapia, las cuales puedes dominar realizando un curso de naturopatía.
La fitoterapia es tan antigua como el mundo, y reside utilizar plantas medicinales con propósitos precautorios, paliativos y rehabilitadores.
Los extractos de plantas han tenido desde siempre un papel crucial en la elaboración de remedios de laboratorio, que adquieren de ellas gran parte de sus principios activos. Sin embargo, la fitoterapia actual se distancia de la industria farmacológica en el modo de fabricar estos preparados. En lugar de transformar las plantas en medicamentos mediante procesos químicos, los remedios fitoterapéuticos siguen procesos sencillos y convencionales de elaboración: apisonado, destilación, infusiones, etc… Y, demás está decir que estos preparados deben utilizar solamente plantas de efectos ligeros, completamente inofensivas para la salud, renunciando a aquellas cuyos principios activos, empleados en cantidades inadecuadas, pudieran ser tóxicos. Es por esa razón, que la fitoterapia puede ejercerse sin necesidad de receta médica.