La técnica avanza para que la piel esté más sana, bella y joven

por | 8 enero, 2014

No hace demasiado, la idea de rejuvenecer la piel mediante el plasma rico en plaquetas o PRP era tan descabellada como lo habría sido en 1950 un ordenador portátil o una red wifi. Hoy por hoy, aunque puntero, es un tratamiento real y efectivo.

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Prueba de esa efectividad pueden darla los usuarios de, por ejemplo Antiaging Group, que ofrece este servicio de plasma rico en plaquetas en Barcelona. Estos pacientes han visto cómo su piel ganaba en firmeza y luminosidad, al tiempo que comprobaban su efecto de estimulación celular y de rejuvenecimiento.

El tratamiento, que estimula los fibroblastos y la elastina para suavizar las arrugas, se fundamenta en que las plaquetas liberan los factores de crecimiento capaces de estimular la regeneración celular, aumentando de este modo la formación de nuevos vasos sanguíneos y produciendo nuevo tejido.

Rejuvenecimiento y reparación

Traducido a un lenguaje más pedestre, lo que viene a decir el párrafo anterior es que el PRP activa el organismo en aquella zona en la que se libera, ayudando a reconstruir el tejido deteriorado. De este modo, además de rejuvenecer, el plasma rico en plaquetas repara la piel.

Pero no podemos hablar del PRP sin hablar de los factores de crecimiento. Concretamente, del “factor de crecimiento epidérmico”, que fue de hecho el primero en ser aislado. Cuando hablamos de él, lo hacemos de la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos) y del aumento del grosor de la piel.

Nuevos vasos sanguíneos y nueva piel

El factor de crecimiento epidérmico tiene que ver con recuperar firmeza y elasticidad en la piel, con su vascularización y con la aparición de nueva piel. De este modo, paliamos los efectos de la oxidación celular y eliminamos las arrugas.

A efectos prácticos, el PRP acelera la cicatrización de quemaduras, además de tratar estrías, acné y queloides. También mejora todo tipo de tratamientos –entre los que se hallan los quirúrgicos- y favorece que se consoliden los injertos de piel. Es interesante que para lo uno y lo otro se usen las elementos de nuestro propio organismo, sin arriesgarnos a alergias, intolerancias o rechazos.

Ambulatorio y poco invasivo

Hablamos de un tratamiento ambulatorio que se realiza en consulta. Se limpia la zona que se va a tratar. Se le aplica a continuación una crema anestésica. Con sangre del propio paciente, centrifugada y activada, se obtiene el plasma rico en plaquetas. Este plasma se aplica mediante micropunciones.

Por norma general, basta con tres sesiones espaciadas con un mes entre cada una. A partir del año, se realizará una sesión de mantenimiento cada 6 o 12 meses. Eso sí, para ver los efectos de pleno hemos de esperar entre 20 y 30 días.

Combinando novedad y tradición

Pero muchos de los más importantes y punteros avances ganan en cuanto se los combina con un tratamiento de rejuvenecimiento facial como puede ser el lifting con hilos absorbibles.

Así, los hilos, que son biológicos y no producen rechazo, tensan de forma inmediata la piel. Una tensión que, merced a la combinación con PRP se prolonga en el tiempo al producirse colágeno del tipo I y III. Combinando ambos tratamientos obtendremos un contorno natural para el rostro y para el cuello.

Sin incisiones ni suturas

De nuevo hay que resaltar que lograremos una piel más elástica y de gran calidad con material producido por el propio organismo y, en este caso, combinado con otro reabsorbible. Con ello obtenemos también la ventaja de librarnos de las incisiones y de suturas.

Así pues, podemos despedirnos de las arrugas y de las líneas de expresión, aunque, para hacer honor a la verdad, hay que resaltar que si las arrugas son muy profundas o la flaccidez importante, no es este, en principio, el mejor tratamiento. En todo caso, será la clínica la que valore si es o no buena idea aplicar los hilos tensores y su combinación con el PRP.

En media hora, listos para año y medio

El procedimiento, por sí solo y sin contar con el PRP, se lleva a cabo también de forma ambulatoria y usando una crema anestésica. Según qué áreas se traten, tardaremos de media a una hora. El tiempo de reabsorción de los hilos oscila entre los seis y los ocho meses y su efecto tensor dura del orden de año y medio.

Cabe destacar que estos hilos no provocan ningún tipo de rechazo, que pueden colocarse en muy diversas zonas –cuello, tanto lateral como anterior, pómulos, mandíbulas, mejillas, cejas…- y que no, no dejan cicatriz en modo alguno, dado que se liberan mediante punciones, como si estuviésemos rellenando la piel.

Compatibles con otros tratamientos

Otra posibilidad interesante es la de poder combinar uno y otro tratamiento de rejuvenecimiento facial con otros como pueden ser el bótox, el ácido hialurónico o la mesoterapia con vitaminas.

Eso sí, nunca se repite lo suficiente la importancia de que nos trate un profesional experto para conseguir los resultados que esperamos: una piel joven, tensa y sana que no pierda su naturalidad en el gesto ni en los movimientos.